Empecé a estudiar alemán a los catorce años. Iba una hora todos los días a la escuela de idiomas. Luego, seguí estudiando alemán en la Universidad. Soy Licenciada en Traducción e Interpretación así que los idiomas siempre me han acompañado. Mi primer profesor de alemán en la Uni era buenísimo. Después, me tocó una profesora que consiguió que el alemán fuera mi asignatura más odiada.
Ahora quiero que te imagines que te apuntas a un curso de alemán. Y la profe te ordena que entrevistes a tu compañero. Vamos que le preguntes de dónde viene, qué hace, cuánto tiempo lleva aquí, cuáles son sus hobbys. Esas cosas típicas del primer día de clase. Y tu compañero te cuenta que tardó dos meses en llegar Alemania; que dejó en Siria a sus padres, hermanas y hermanos; que llegó en una lancha a Grecia y siguió su camino a pie durante sesenta días. Y que le gusta mucho la natación y en su país formaba parte del equipo nacional pero que no nada desde que estalló la guerra. Y ahora quiero que imagines que todos tus compañeros de clase relatan una historia similar. A medida que iban hablando, se me iban llenando los ojos de lágrimas.
Somos incapaces de valorar lo que tenemos porque lo damos por supuesto.
Por cierto, ¿te puedes imaginar de qué hobby hablé yo? Exacto, de la fotografía culinaria y las recetas. Así que aquí tienes la receta de esta semana. Es un postre de queso muy fácil y resultón. Si lo decoraras con alguna fruta del bosque queda muy vistoso.
75 g de galleta tostada molida
80 g de mantequilla
400 g de queso tipo Philadelphia
1 vaina de vainilla
60 g de azúcar glas
100 g de nata agria o crema agria
Preparación
Para hacer la base, metemos las galletas en una bolsa con cierre hermético y pasamos el rodillo de cocina hasta que queden pulverizadas. Mezclamos la galleta triturada con la mantequilla.
Ponemos esta mezcla sobre los moldes individuales y reservamos.
En un recipiente, echamos el queso. Agregamos el azúcar glas. Cortamos la vaina de vainilla longitudinalmente y extraemos la semillas que añadiremos a la mezcla. Batimos bien unos 5 minutos.
Finalmente, agregamos la nata agria y batimos brevemente de nuevo.
Vertemos la mezcla sobre los moldes individuales y dejar reposar unas dos horas en la nevera.
Decoramos con frutas del bosque cuando vayamos a servir.
Suerte con la declinación! Para mí lo más bonito de los cursos de alemán siempre era conocer gente de todo el mundo, de todas las creencias, de todos los sabores y colores, así que suerte y gracias por la receta!
ResponderEliminarSi Johana, lo mejor de los cursos de alemán es que es genial hacer nuevos amigos. Gracias a ti por estar ahí!
EliminarHay querida María:
ResponderEliminarAyer empecé con la montaña mágica de Thomas Mann y dudo que sería capaz de entenderla ;-) Existe el C3? Pues en España desde luego. Es el nivel para poder entender a los lepeños o los malagueños de las sierra ;-)
Por cierto: tu tarta parece ser una bomba! Yo hago algo similar, pero más ligerito: en vez de Philadelphia cojo queso batido (magerquark) y yogurt. Y la masa de galletas con mantequilla no sería apto para la operación bikini de mi señora, tampoco ;-)
Philipp, me temo que no. Si te sirve de consuelo a mi como asturiana me costaba mucho entender a los granadinos. Y viceversa. Ellos a veces tenían dificultades para entenderme a mí :D
EliminarSí la tarta ligera no es. Tengo una variante con yogur pero no está tan rica. Lo que hago es servirla en moldes individuales muy pequeños. De todos modos, yo no me lo puedo permitir pero mis chicos sí. Ellos tienen todos "tipito". Yo tendré que ponerme con la operación bikini :d