Bollos preñaos

Cuando les dije a mis amigos que iba a hacer un curso de alemán, me miraron como si estuviera loca. Después de tantos años en Alemania y con mi nivel de alemán la idea de hacer un curso era considerada por mucho como una auténtica pérdida de tiempo. Nada más lejos de la realidad. No podría estar más contenta de hacer este curso. A pesar del cansancio y de tener la cabeza como un auténtico bombo con declinaciones y terminaciones para arriba y para abajo. A veces llego a casa y os juro que me estalla la cabeza pero estoy super feliz porque hoy he escrito un texto y, por primera vez, en muchos años, no tenía ni un sólo fallo. Yes! Vamos mejorando!

Y además está siendo una experiencia preciosa a nivel personal. Compartir clase con los refugiados está siendo una de las experiencias más enriquecedoras de mis últimos años. Ha cambiado totalmente mi visión y mis ideas preconcebidas sobre lo qué es un refugiado. En sólo una semana me he dado cuenta de que son más cosas las que nos unen, que las que nos separan. Seguro que echan de menos muchas comidas típicas de su tierra. como yo echo de menos especialidades de la mía, como estos bollos preñaos. ¡Vamos a por la receta!




Ingredientes

2 chorizos
500 g de harina de fuerza (Typ 550)
180 g de leche templada
100 g de mantequilla
1 huevo
25 g de levadura de panadería (Hefe)
1 pizca de sal

Preparación

Precalentamos el horno a 180 ºC.

Calentamos la leche hasta que esté templada y disolvemos la levadura.

Agregamos la mantequilla a temperatura ambiente en daditos. Añadimos el huevo batido.
Incorporamos la harina poco a poco y la pizca de sal. Amasamos y dejamos reposar la masa en el horno apagado durante al menos una hora (hasta que doble su volumen).

Una vez que la masa haya doblado su volumen, dividimos la masa en porciones iguales. Damos forma a los bollos escondiendo un trocito de chorizo.

Pintamos los bollos con leche. Y horneamos durante 15-20 minutos.

Los chorizos los compré en Karstadt pero ahora mismo creo que es bastante fácil encontrarlos.

No te vayas sin contarme qué especialidad echas de menos tu tierra.

Mil besines

María.